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Te contamos todo sobre los pasivos corrientes y no corrientes de una empresa, y sus principales diferencias. No te lo pierdas.
8/8/2025
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7 min
Te contamos todo sobre los pasivos corrientes y no corrientes de una empresa, sus principales diferencias y cómo gestionarlos de manera eficiente con el apoyo de Zenta GRC.
Los pasivos son deudas, es decir, obligaciones asumidas por la empresa para con terceros ajenos a sus dueños, por ejemplo: proveedores, acreedores varios, bancos, el gobierno, empleados, etc. Una correcta gestión de estos compromisos no solo es clave para la salud financiera, sino también para el cumplimiento normativo y la planificación estratégica. Plataformas como Zenta GRC facilitan este control al centralizar la información, automatizar alertas y ofrecer reportes en tiempo real.
La diferencia entre pasivo corriente y no corriente radica en el plazo de cancelación de los pasivos. Si supera los 12 meses posteriores al cierre del ejercicio, se consideran no corrientes; de otro modo, son corrientes.
El pasivo corriente son las deudas que deben cancelarse dentro de los 12 meses posteriores al cierre del ejercicio comercial. Controlar estos plazos es fundamental para evitar tensiones de liquidez.
El pasivo corriente contiene rubros que sirven para agrupar las cuentas contables que representan las deudas a cancelar en el corto plazo que posee la empresa, a saber:
PASIVO CORRIENTE
I – Acreedores comerciales y otras cuentas por pagar. Incluye: proveedores y acreedores varios.
II – Deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo.
III – Deudas a corto plazo. Incluye: deudas con entidades de crédito, acreedores por arrendamientos financieros, deudas de seguridad social, cargas fiscales, otras deudas a corto plazo.
IV – Periodificaciones a corto plazo. Incluye créditos cobrados por anticipado y cuentas regularizadoras del pasivo.
V – Provisiones a corto plazo.
En Zenta, estas categorías pueden registrarse y supervisarse con trazabilidad, permitiendo no solo un control contable, sino también la verificación del cumplimiento de políticas internas y regulaciones aplicables.
Son ejemplos de cuentas del pasivo corriente, las siguientes:
Las deudas negociables son aquellas que pueden refinanciarse, mediante un costo adicional expresado en intereses u otro tipo de costo financiero. Las deudas no negociables, por las características de las obligaciones, no permiten la refinanciación o la dilación del plazo de cancelación.
En Zenta, la clasificación entre deudas negociables y no negociables puede visualizarse en paneles comparativos, lo que facilita la elaboración de escenarios financieros y la preparación de auditorías.
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El pasivo no corriente son las deudas que deben cancelarse luego de los 12 meses posteriores al cierre del ejercicio comercial. Este tipo de obligaciones impacta directamente en la estrategia de financiamiento a largo plazo.
El pasivo no corriente contiene rubros que sirven para agrupar las cuentas contables que representan las deudas a cancelar en el largo plazo que posee la empresa, a saber:
PASIVO NO CORRIENTE
I – Pasivos por Impuesto Diferido.
II – Deudas con empresas del grupo y asociadas a largo plazo.
III – Deudas a largo plazo. Incluye: deudas con entidades de crédito, acreedores por arrendamientos financieros, deudas de seguridad social, cargas fiscales, otras deudas a largo plazo.
IV – Periodificaciones a largo plazo. Incluye créditos cobrados por anticipado y cuentas regularizadoras del pasivo.
V – Provisiones a largo plazo.
Plataformas como Zenta permiten registrar y auditar este tipo de pasivos, asegurando que se mantengan actualizados y correctamente clasificados según los criterios contables vigentes.
El pasivo no corriente, en materia de cuentas contables, se compone de manera similar al pasivo corriente. Usualmente, se tratan de deudas de características similares, sólo que cancelables a largo plazo.
En este caso, lo más importante es analizar las deudas que pueden generar problemas de solvencia en los activos, derivados de la utilización de dichos bienes como garantía común de los acreedores, por ejemplo: hipotecas, prendas, leasing, entre otros.
También es fundamental analizar el pasivo corriente, por ejemplo, cuando se trata de procedimientos de Due Diligence, pues la empresa puede estar comprometida a muy largo plazo con determinadas fuentes de financiación externas. Zenta centraliza esta información, permitiendo a la dirección visualizar compromisos futuros y evaluar su impacto en la capacidad de maniobra financiera.
Cabe destacar que el pasivo corriente y el pasivo no corriente, cuentan con otras diferencias sustanciales, como las siguientes:
En Zenta, estos análisis se presentan en dashboards dinámicos que permiten filtrar por tipo de pasivo, calcular ratios de solvencia automáticamente y generar reportes para auditores o directivos.
La correcta clasificación y gestión de pasivos corrientes y no corrientes es esencial para mantener el equilibrio financiero y cumplir con las obligaciones legales y contractuales. Zenta GRC ofrece una solución integral para automatizar registros, realizar análisis en tiempo real y garantizar el cumplimiento, reduciendo riesgos y mejorando la capacidad de respuesta ante cualquier escenario financiero.
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La gestión económica y financiera de las empresas, es vital para el devenir de éstas. Te damos claves para una buena gestión de la economía.