EBITDA. Qué es, cómo calcularlo y analizarlo
El EBITDA es un indicador financiero importante para entender los beneficios de la empresa. Te contamos cómo calcularlo e interpretarlo.
Tanto el Factoring como el Reverse Factoring o Confirming, son opciones de financiamiento con las que cuentan las empresas para la gestión de facturas, sean comprobantes por cobrar o por pagar.
Una mala gestión de las cobranzas y los pagos puede generar que la empresa tenga inconvenientes en cuanto a su solvencia y una percepción negativa por parte de los clientes y proveedores de la capacidad real de pago y la administración comercial de la firma.
Esta gestión financiera, a menudo relegada a un proceso fragmentado o manual, no es solo un asunto de liquidez, sino también de riesgo. La salud financiera de tu empresa está intrínsecamente ligada a la salud y confiabilidad de tus terceros, ya sean clientes o proveedores.
El factoring (o también llamado “factoraje”), es un tipo de contrato no formal y atípico, que puede revestir el formato de contrato de adhesión o con cláusulas predispuestas de carácter consensual, bilateral, oneroso y de ejecución sucesiva.
A través del mismo, se practica una cesión de crédito por parte de aquellas empresas que cuentan con sumas por cobrar, autorizando a las entidades financieras a otorgar anticipos sobre montos provenientes de ventas; adquirirlos a riesgo y luego gestionar su cobro.
La entidad que presta el servicio de financiación utilizando la figura del factoring, participa activamente en el rol de cooperación y colaboración para con la empresa cedente, dado que realiza un proceso de selección de los potenciales clientes a los cuales se les puede ofrecer el servicio, efectuando de forma previa una evaluación del riesgos crediticios de estos deudores.
A la empresa, por otra parte, le permite aumentar sus recursos líquidos sin necesidad de esperar a la fecha cierta fijada para el cobro de la deuda, lo que representa dentro de su balance, un aumento de los activos actuales disponibles y una mejora en los coeficientes de sus balances de resultados.
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Primeramente, debemos determinar las partes que intervienen en esta figura contractual, las cuales resultan ser tres, a saber:
Ahora bien, el factoring supone que la empresa ceda de forma total o parcial, los créditos comerciales a corto plazo, traspasando las facturas emitidas y obteniendo el dinero de forma automática por parte de la entidad financiera, descontando un porcentaje correspondiente a los cargos por comisión e intereses.
De esta forma, el cedente transfiere la cobranza de créditos y facturas existentes a su favor al factor, obteniendo a cambio de forma adelantada el dinero por dichas operaciones, con un descuento en concepto de intereses y comisiones a favor del factor.
Cuando las partes deciden llevar adelante un contrato de factoring, la empresa cedente privilegia la eliminación del riesgo de reflejar balances con falta de liquidez inmediata, dado que a través de este contrato, el factor adelanta el flujo de caja necesario por el crédito cedido.
Otra de las ventajas que proporciona esta figura, es que es un instrumento útil para la gestión responsable y proyectada de la forma en que la empresa cedente realiza la gestión a mediano y largo plazo de sus finanzas y recursos. Esto posibilita que, en el caso en que se presenten eventuales oportunidades de negocio, la compañía cuente con solvencia suficiente para poder considerar esas posibilidades.
El proceso de due diligence de un factor para evaluar el riesgo crediticio de un cliente es solo una parte de una gestión de riesgos mucho más amplia. El caos de terceros no se limita a la capacidad de pago de un cliente; también abarca riesgos de ciberseguridad, incumplimiento normativo, reputación, y riesgos legales.
La dependencia de terceros es una constante, y la ineficiencia de gestionar sus riesgos de manera manual y fragmentada con hojas de cálculo y correos electrónicos puede tener un costo enorme. Zenta convierte este caos en una fuente de control, cumplimiento y confianza, ofreciendo una solución integral para la gestión de relaciones con tus terceros. Mientras un factor se encarga del riesgo financiero, Zenta centraliza todos los demás riesgos, dándote una visión 360 de tu ecosistema.
Existen diferentes modalidades de factoring, sin embargo, haremos referencia a aquellos que resultan más comunes dentro del giro comercial.
También denominado “Factoring Tradicional”, es aquel que se solicita estrictamente a entidades bancarias.
Aquí, la gestión por el anticipo de facturas se realiza por inversores privados, a través de plataformas de crowd factoring o crowd lending de facturas.
En estos casos, las empresas se liberan del riesgo por falta de pago de los deudores.
Contrariamente a lo que plantea el factoring con recurso, a través de ésta figura las empresas asumen de forma total el riesgo ante el factor, frente a los deudores incobrables.
El factoring nacional tiene lugar en aquellos casos en que la empresa de factoring y el deudor se encuentran jurisdiccionalmente hablando, en el mismo país.
A diferencia del factoraje nacional, en estos casos las partes, sea la empresa de factoring o el deudor, se encuentran radicados en diferentes países.
En esta variante, el cedente es extranjero y contrata el servicio con un factor que se encuentra en la misma jurisdicción que sus deudores.
Esta versión, resulta ser la inversa del caso anterior, por lo que el cedente realiza la venta de productos hacia el exterior por lo que el deudor o cliente se encuentra radicado en el extranjero. En este caso, el factor se encuentra en el país del cedente. Así, éste último recibe los pagos de forma inmediata por sus ventas sin necesidad de esperar a que su cliente reciba la mercancía o realice el pago.
En el caso del factoraje global, las partes acuerdan que se puedan ceder todas las facturas de los clientes y es el cedente quien determina el orden en el cual se van a adelantar los pagos.
Bajo la cesión puntual, sólo se presentan las facturas sobre las cuales se van a anticipar los cobros sin establecer de forma previa una preferencia entre las mismas.
Es una forma de clasificación del factoring según el tipo de persona que debe cumplir con la obligación de pago. En este supuesto, los deudores de las facturas son del sector público.
De manera opuesta al caso anterior, en el factoring por sector privado, los deudores son del sector empresarial.
En el caso del factoring compartido, participan varios sujetos que reúnen la cualidad de factor que ofrecen el servicio a un mismo cedente de forma conjunta.
En este caso, el cedente suscribe el contrato de factoring con una única entidad que realiza todo el servicio de cobranza futura de los créditos.
Se utilizó en los EEUU y Europa para guardar secreto de la existencia del factoreo por cuanto la existencia del factoring de facturas se percibía por el público y proveedores como un síntoma de debilidad financiera del comerciante o empresa factoreada que, por consiguiente, impactaba negativamente en las ventas de la empresa cuyos créditos se cedían.
No obstante, a través de esta figura el factor y factoreado pueden acordar no notificar la cesión asumiendo el factor el riesgo consecuente en caso de concurso o quiebra.
En estos casos, se notifica al deudor que sus facturas han sido anticipadas, por lo cual, una vez que se produce el vencimiento, se debe abonar el importe al factor.
En estos casos, el cedente es nombrado agente de cobro del factor, siendo éste quien realiza la gestión de cobro de los créditos cedidos para luego realizar la remisión de los fondos hacia la entidad de factoring, a la época en que se realicen los pagos.
Aunque los instrumentos pueden parecer similares, la realidad indica que mientras que el factoring es una herramienta que se utiliza para el cobro de deudas sobre las empresas cliente, el Confirming o también denominado Reverse Factoring, por su lado, es un servicio que se contrata para el pago de deuda a proveedores.
En ambos casos, participa una entidad financiera, no obstante, para el caso del factoring, el mismo se suscribe con el objeto de lograr recursos líquidos para la empresa, mientras que, en el caso del confirming, la causa fin radica en que sean los proveedores quienes obtengan liquidez.
El confirming es un mecanismo que no sólo satisface a los proveedores, al proporcionarles una forma de cobro anticipado de sus facturas, sino que indirectamente, mejora la capacidad de negociación de la empresa para con sus proveedores, mejorando la imagen de la compañía para con sus terceras partes y colabora a reducir el pasivo en el balance de la empresa.
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